El abastecimiento del agua es un factor determinante en la producción de alimentos. Una gran parte de las superficies cultivables del mundo sufre insuficiencia de precipitaciones, las cuales cada vez con mayor frecuencia se presentan en el momento menos propicio para los cultivos.
Tratando de soportar estas situaciones se diseñan técnicas que pretenden ser cada vez más eficientes en el manejo y conservación del agua. Una de las de mayor éxito, ampliamente aceptada y utilizada, es la de riego localizado, que consiste en suministrar el agua de modo que sólo moje una parte del suelo de cultivo, aquél donde se desarrollan las raíces. Además de la aplicación de agua al suelo, este sistema posibilita el aporte de los fertilizantes necesarios.
A continuación se mencionan las variantes que existen del sistema de riego:
Suministran el agua en forma de gota muy pequeña, como de lluvia fina los primeros y más fina aún los segundos.
Están diseñados para disipar la energía del agua y suministrarla a la planta, gota a gota, de manera controlada.
Sus presentaciones te facilitan los riegos para diferentes hortalizas con diferentes densidades de siembra.